Ahora que el mundo político está tan convulso, tan lleno de malos ejemplos, tan ahogado en corruptelas, infidelidades, asesinatos y genocidios, surge más que nunca una figura excelsa, un hombre que por ser fiel a Dios y a su conciencia fue privado de sus cargos, rango y honores, de su hacienda y hasta de su propia vida, siendo ejecutado públicamente por orden de Enrique VIII en el a.D. de 1.535.
Francisco Pena
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