Pues no de otro modo puede entenderse semejante afrenta, al pretender, por un lado, aparentar una defensa numantina a favor de las féminas, mientras, por otro, se mantienen como miembros de un ejecutivo a indigentes intelectuales cuyo único mérito es ostentar vagina.
Tal actitud no deja de ser un insulto al resto de las mujeres españolas que, sin duda alguna, son mucho más inteligentes y honorables que las gallinas del gallinero socialista.
¡VIVA LA MUJER ESPAÑOLA!
¡A LA MIERDA LAS BURDAS IMITACIONES!
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