Parace ser que, al igual que otros buques "vascos", el "Alakrana", una vez alcanzó aguas internacionales, sustituyó la bandera española por la vasca, convirtiéndose, "de iure", en un buque sin pabellón y, por lo tanto, de conformidad con lo establecido en el artículo 92 del la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar (Montego Bay, 10 de Diciembre de 1.982) que regula la condición jurídica de los buques, en un "buque pirata".
Nos encontraríamos, pues, ante una situación ciertamente grave, puesto que el Estado español estaría gastando ingentes cantidades de dinero en rescatar a la tripulación de un buque sin bandera oficial y, por lo tanto, carente de pabellón.
A ello habría que unir, la ilegal actuación de la Audiencia Nacional al procesar y pretender juzgar a un individuo que no abordó barco con bandera española.
Creo que tal situación debería aclararse, porque, de lo contrario, podríamos estar ante el mayor escándalo marítimo-internacional de los últimos decenios.
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