Según parece, en las últimas fechas, las, hasta ha poco, voces concordantes se han vuelto discordantes, e individuos como Mikel Buesa y cía, no están dispuestos, según dicen, a comulgar con ruedas de molino.
Es el fracaso de la tan cacareada "transversalidad", algo, sinceramente, que nunca entendí, ni entenderé, pero que, dicen, es la nueva moda política.
Es el fracaso de la tan cacareada "transversalidad", algo, sinceramente, que nunca entendí, ni entenderé, pero que, dicen, es la nueva moda política.
Tan transversal era el partido de Doña Rosa que, al final, el punto de confluencia quedó diluido.
Y es que, señores, las matemáticas no fallan....o, al menos, éso dicen.
Porque si algo no es unívoco, necesariamente alguien tiene que servir de punto de apoyo, suponiendo que ese punto de apoyo sea sólido.
Y cuando ese punto de apoyo no es sólido, la "transversal" se desmorona.
Algunos me han criticado por activa y por pasiva por el hecho de afirmar, como afirmé y afirmo, que Doña Rosa está dónde está porque la vida le ha llevado a dónde nunca quiso ir.
Siempre quiso ser la reina y los males de un partido evitaron que lo fuera.
Hoy que, por fin, parecía alcanzar su objetivo y ser adorada, incluso, por los "sodomitas orgullosos" que desfilaban por las calles de Madrid, parece que la vida no es tan rosa como ella pretendía y esa transversalidad ideológica, más que referencia doctrinal era, como fue siempre, asuencia idelógica.
Los productos de marketing duran lo que duran y como los actuales aparatos electrodomésticos, sólo duran lo que se quiere que duren.
Una vez alcanzado el objetivo personal, nada impide utilizar el trampolín para alcanzar otros sueños veteranos, aunque sea a costa de sacrificar las ilusiones de muchos afiliados y simpatizantes que, de buena, aunque inocente, fe, creían que UPyD era algo más que un simple parche dentro del Sistema.
Los sueños, por mucho que se empeñen algunos, sueños son.....
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