Ilustrísimas, permítanme, como mero católico de a pie, mostrar mi más enérgica repulsa por sus vacuas palabras que no hacen más que permitir ciertos resquicios, ciertas grietas por las que se cuela incesantemente el "Enemigo".
No estoy en absoluto de acuerdo. Ni en el fondo, ni en la forma.
Ni en el fondo, porque tanto esta Ley como la anterior despenalizadora, son ambas fuentes del mismo mal.
Ni en el fondo, tampoco, porque la mayor o menor restricción o permisividad no excluye, en si misma, la enormidad del crimen.
Ni en la forma, porque lejos de ser una mera "fuente envenenada de inmoralidad e injusticia", es más claramente una fuente de "GENOCIDIO".
Apliquemos, pues, los términos adecuados a lo que no es más que el mayor y más horrendo crimen de Lesa Humanidad.
Dejémonos, con perdón, de mariconadas (lo siento, pero yo no soy tan "formalista") y llamemos a las cosas por su nombre......porque, de lo contrario, muchos tendremos que empezar a pensar que hay más de una "fuente de inmoralidad e injusticia" en el mismo seno de la Iglesia española....
¡AL GENOCIDIO SE LE LLAMA GENOCIDIO!
¡Y A LOS GENOCIDAS, GENOCIDAS!
¡LO DEMÁS SON MARICONADAS!
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