A pesar de lo muy orgulloso que parece sentirse el Sr. Quintana con su feudo pailanocaciquil de la Vicepresidencia da Igualdade e do Benestar y, sobre todo, de alguno de sus “departamentos”, al frente de los cuales, amén de ineptos, hay auténticos “Kamikaces” jurídicos, lo cierto es que de poco o nada puede jactarse, pues los hechos, como siempre, tarde o temprano demuestran de manera clara e indubitada quiénes son los auténticos sinvergüenzas.
Para empezar, pues no conviene cansar al personal, baste a título de ejemplo un hecho no muy lejano en el tiempo, en el cual, la flamante Xecretaria Xeral do Benestar, Doña María Xesús Lago Vilaboa, designada, en su día, como es práctica usual de los sistemas fascistas, a dedo, suscribe una resolución en la que, amén de conculcar gravísimamente, y de manera clara e inequívoca, la legislación autonómica vigente, en el colmo de la estulticia fundamenta aquélla en normas ya derogadas.
Bien es cierto que dicho comportamiento tiene un nombre en el Derecho Penal vigente, pero lo dejo aquí como perla para que todos ustedes vean el “talante” del actual gobierno social-nacionalista o, si lo prefieren, por aquello de que el orden factores no altera el producto, nacionalsocialista de Galicia.
Para empezar, pues no conviene cansar al personal, baste a título de ejemplo un hecho no muy lejano en el tiempo, en el cual, la flamante Xecretaria Xeral do Benestar, Doña María Xesús Lago Vilaboa, designada, en su día, como es práctica usual de los sistemas fascistas, a dedo, suscribe una resolución en la que, amén de conculcar gravísimamente, y de manera clara e inequívoca, la legislación autonómica vigente, en el colmo de la estulticia fundamenta aquélla en normas ya derogadas.
Bien es cierto que dicho comportamiento tiene un nombre en el Derecho Penal vigente, pero lo dejo aquí como perla para que todos ustedes vean el “talante” del actual gobierno social-nacionalista o, si lo prefieren, por aquello de que el orden factores no altera el producto, nacionalsocialista de Galicia.
¡Ah!, y por si alguien afirma que lo que digo es falso, cuando no calumnioso, sin perjuicio del oportuno ejercicio de la “exceptio veritatis”, les informo que se me han aportado pruebas documentales y judiciales irrefutables.
¡NECIOS FASCISTAS!
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