Pero lo grave no es sólo este hecho, que en sí mismo lo es, sino la antidemocrática tendencia del pueblo y de los medios de comunicación, ésos que se dicen democráticos, de "saltarse a la torera", por no decir cagarse encima, el principio de presunción de inocencia consagrado en el artículo 24 de la vigente Constitución.
Ni son demócratas, ni nunca lo han sido.
Son, simple y llanamente, hienas al servicio de un Sistema que nunca ha creído en sí mismo, tal vez, porque siempre fue una ilusión, un engaño.
¡A POR ELLOS!
1 comentario:
No, no le falta razón. Menos mal que se está a tiempo de resarcir el daño causado. Y debe hacerse.
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