ANTES SE COGE A UN MENTIROSO.....

Atención a las palabras vertidas por la actual Ministro de Sanidad del Gobierno de España, Doña Trinidad Jiménez: "Sabíamos que algunas farmacias podían mostrar algún tipo de reticencia, como ocurrió cuando se empezaron a vender los preservativos".

¿Recuerdan?....http://fjpenarey.blogspot.com/2009/06/una-duda.html

O, si se prefiere, dicho en "román paladino": La señora Ministra de Justicia y sus correligionarios genocidas MIENTEN.

Según la tesis del gobierno fascista y la oposición amariconada, con la connivencia, eso sí pasiva, de ciertos clérigos de salón, ésos que se codean con los gentilhombres y gentilhembras de la farándula político-folclórica, la "píldora del día después" no es un método inicuo, pues no de otro modo puede entenderse que se permita su venta libre en farmacias, sin receta, y sin previo control facultativo.

No obstante lo anterior, llama poderosamente la atención que, siendo un método inocuo, surjan anexos, apostillas o coletillas que matizan "que no debería ser utilizado como un método anticonceptivo".

Como ya dijimos en su día, si el uso de dicho producto químico es inocuo, porque, según dicen, no produce ningún efecto secundario, hecho, parece ser, avalado por la innecesaria intervención previa facultativa, no tiene sentido alguno aconsejar que no se utilice como método "anticonceptivo", a salvo que, claro, se pretenda dar un mensaje subliminal de que, en realidad, como así es, dicho método no es "anticonceptivo", sino "contraconceptivo", no en vano es potencialmente destructivo del óvulo ya fecundado.

Por lo tanto:

Mienten, porque se trata de un método "contraconceptivo" y, por ende, abortivo.

Mienten, porque sí saben que existen potenciales efectos secundarios, algunos de especial gravedad, que son criminalmente silenciados a pesar de las voces discrepantes de conspicuos miembros del cuerpo médico.

Especial gravedad, si cabe, se puede atribuir al hecho que, dada la nueva reforma legal, menores de 16 años puedan consumir, sin límite alguno, dicho producto sin que nadie aconseje o controle a aquéllos, sin perjuicio de las posibles y gravísimas secuelas que acarrearán a lo largo de su vida.

Estamos, señores, ante un nuevo método de Genocidio, aunque mucho más sofisticado y más cobarde que el practicado por los estalinistas o los nacionalsocialistas.

Y decimos cobarde, porque el genocidio en sí es inmune a sus promotores y, por ende, coautores, dado que, dejan en mano de las propias víctimas, mujer e hijo, su propio suicidio.

Se trata, pues, de un crimen tan bien planificado que el propio cerebro de la operación queda jurídica y fácticamente exonerado de responsabilidad civil y penal.

Al poner a disposición del brazo inmediantamente ejecutor del crimen el arma homicida, aunque exonerándole jurídicamente de su responsabilidad, se libera a sí mismo de toda culpa consiguiendo lo que realmente pretende, cual es: destruir toda vida humana indefensa, promover la desestructuración familiar y, por ende, garantizarse un colchón de futuros y potenciales votantes que, como idiotas en celo, sólo saben actuar bajo el imperio de los instintos.

Por si alguien, no obstante, quiere leer y entender, le informo que nada ni nadie escapará a su responsabilidad, porque, tarde o temprano, alguien hará Justicia y los que hoy se consideran impunes pagarán con creces su horrendo crimen de lesa humanidad.

Y por si acaso yo ya no estoy para verlo, reitero una frase que me encanta: que caiga sobre vosotros y vuestros hijos la sangre de los inocentes.

¡AMÉN.....DE LOS AMENES!