Resulta palmario que, ante el dilema de acatar la vigente Constitución y obedecer a Dios, el actual Jefe del Estado ha optado por la primera alternativa, sancionando toda norma jurídica que conculca el sagrado derecho a la vida humana desde el mismo instante de su concepción y hasta su muerte natural.
Es consecuencia, es deber moral inexcusable por parte de la Iglesia Católica, a la cual pertenezco y sirvo, y así exijo, que aquél sea incondiconalmente excolmulgado.
Hoy, señores, ya no cabe medias tintas: o se está con Dios, o se está contra Dios.
Francisco Pena
No hay comentarios:
Publicar un comentario