AQUÍ NO HAY NEUTRALIDAD

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lunes, 22 de septiembre de 2008

UN GENOCIDA ANDA SUELTO

A/A de S.Sª Mr. Garzón:
Carrillo, culpable: los archivos de la antigua URSS confirman la responsabilidad de Santiago carrillo en el genocidio de Paracuellos, con 5.000 asesinatos.
Dos agentes de Stalin, Gueorgui Dimitrov y Stoyán Minev Stepánov emitieron, durante la guerra civil, sendos informes secretos en los que dan por supuesto que las matanzas se hicieron por orden de Santiago Carrillo, consejero de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid. Las sacas de las cárceles de Madrid para el asesinato en masa se hacían mediante oficios de Serrano Poncela, el segundo de Carrillo. Dentro de esos terribles eufemismos totalitarios, quienes iban a ser fusilados aparecían en listas con orden de ser puestos en libertad. Paracuellos-Katyn. Un ensayo sobre el genocidio de la izquierda, de César Vidal, publicado por Libros Libres, es una obra oportuna y necesaria en el momento presente. A anteriores visiones simplistas, ha sucedido una historia-tebeo, de marcado tono propagandista, que sitúa el debate en la Segunda República y la contienda fratricida en una dialéctica demócratas-fascistas. Eso se está vendiendo de continuo a los jóvenes. Paracuellos aparece en este "ensayo sobre el genocidio de la izquierda" como la terrible manifestación de un proyecto totalitario, compartido por toda la izquierda española. Esa es una de las novedades: situar al PSOE como lo que era; un partido marxista, visceralmente antidemocrático, totalitario, favorable a la dictadura del proletariado y el partido único. De hecho, de las matanzas de Paracuellos, también fue responsable la socialista Margarita Nelken. Y el PSOE administró en Madrid 44 checas, donde se torturaba y asesinaba a "enemigos de clase". Lejos de cualquier concesión a la propaganda progre al uso, Vidal sitúa la tendencia compulsiva al genocidio --el comunismo ha asesinado a más de cien millones de personas-- en la ideología originaria: el marxismo. TERROR DESPIADADO Que la revolución conlleva el asesinato en masa y la eliminación de clases enteras se encuentra en El Manifiesto Comunista, donde se habla de "aniquilación de clases antagónicas" y cuyo clima es de pasión por la violencia. El terror indiscriminado, el asesinato en masa es la nota distintiva de la izquierda revolucionaria y específicamente del leninismo. Ningún sentido tiene personalizar en Stalin tal perversión como si se tratara de un desviacionismo. Lenin, quien puso en marcha la Checa, preguntaba a los bolcheviques: "¿Creéis realmente que podemos salir victoriosos sin utilizar el Terror más despiadado?". Las directrices exterminadoras son constantes y obsesivas: "Hay que fomentar la energía y el carácter masivo del terror contra los contrarrevolucionarios". Bien establecida esta premisa, César Vidal desentraña otra mascarada: el PSOE no es un partido de tradición democrática. Nunca Pablo Iglesias lo concibió como tal. Pablo Iglesias y su partido eran marxistas. Siempre pretendieron "aniquilar totalmente el sistema constitucional e implantar la dictadura del proletariado de acuerdo con los principios esenciales del socialismo, lo que incluía el exterminio de sectores completos de la sociedad. Los pactos con la izquierda burguesa fueron considerados como etapa estratégica. Iglesias ni tan siquiera descartó el asesinato personal como arma legítima de la acción política. En sede parlamentaria, y con referencia a Maura, proclamó: "Hemos llegado al extremo de considerar que antes de que Su Señoría suba al poder debemos llegar al atentado personal". La izquierda, el conjunto de la izquierda, llega a la Segunda República sin revisionismo alguno, avizorando un triunfo final en el que no existiría la democracia. De ahí que, rechazando el triunfo de la CEDA en 1933, y la entrada en el Gobierno de tres de sus ministros, se lance al golpe de Estado puro y duro la llamada revolución de Asturias, que puede ser considerada el inicio de la Guerra Civil. GENOCIDIO PLANIFICADO Paracuellos no es la respuesta histérica de masas enfebrecidas por la violencia ante el acoso faccioso del Madrid republicano, sino genocidio planificado -inicio de uno mucho más amplio- por las autoridades. Las órdenes llegan de Moscú y las pone en marcha Santiago Carrillo, quien acababa de fusionar las juventudes socialistas y comunistas, y él mismo se había afiliado al PCE. Asesinatos programados con minuciosidad estaliniana, enterramientos en losas comunes ... Paracuellos es preanuncio del gulag y el Holocausto, terrible experimento y precedente. Carrillo es culpable político de 5.000 asesinatos. Esos crímenes sólo pararon por la humanitaria y elogiable labor del anarquista Melchor Rodríguez, director general de Prisiones, quien prohibió las sacas y llegó a enfrentarse a pecho descubierto a los criminales de la consejería de Carrillo. Para evitar que la masacre se conociera, la aviación republicana llegó a atentar contra el avión donde viajaba el doctor Georges Henny, representante de la Cruz Roja Internacional, quien pretendía denunciar los hechos más allá de nuestras fronteras. Por represión, en el Madrid republicano se asesinó a 16.000 personas. En el conjunto de la zona, no menos de 6.832 sacerdotes y religiosos.El asesinato en masa de Paracuellos se hizo bajo la idea totalitaria de la responsabilidad colectiva --la persona es culpable no por sus actos, sino por su pertenencia a un grupo-- y con el criterio de exterminar a los "enemigos de clase" (de ahí que sea oportuno el relato del ulterior genocidio en Katyn de los prisioneros polacos del Ejército rojo, copia mimética de lo experimentado en Paracuellos). La conclusión de César Vidal es que la República, en caso de triunfo, no hubiera conducido a otra cosa que a una tiranía comunista, en la que el exterminio -más allá de la represión- hubiera sido brutal y generalizado. Ya comentaba a Manuel Azaña a Claudio Sánchez Albornoz que los auténticos republicanos serían, en caso de triunfo, los primeros asesinados. En el nauseabundo frontispicio de los genocidas, el nombre de Santiago Carrillo merece estar esculpido. El ahora militante del PSOE es, en propiedad, un genocida, tal y como describe César Vidal De ello, con toda seguridad, a pesar de la acumulación de pruebas, no querrá enterarse Baltasar Garzón. ARTÍCULO RELACIONADO: "Dio la orden de fusilar". GUEORGUI Dimitrov, factótum del Komintern cerca de las autoridades republicanas, remitió el 30 de julio de 1937 un texto dirigido a Voroshílov, que se ha podido conocer ahora, tras abrirse los archivos de la antigua URSS. En esa misiva, Dimitrov dice que el nacionalista vasco, Manuel Irujo "quería detener a Carrillo, secretario general de la Juventud Socialista Unificada, porque cuando los fascistas se estaban acercando a Madrid, Carrillo, que era entonces gobernador, dio la orden de fusilar a los funcionarios fascistas detenidos". En la misma línea se manifiesta en otro informe de la época, Sotyán Minev Stepánov, agente de Stalin y delegado del Komintern.
"Época"
Por cierto, señoría, creo, s.e.u.o., que el delito de genocidio no prescribe......¿no es así?
¡JUSTICIA POPULAR "SÚBITO"!

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